domingo, 26 de octubre de 2014

Arte Bizantino: El mosaico

Los mosaicos bizantinos son abundantes y exuberantes de luz y color, ejercen funciones didácticas y sobre todo simbólicas.

Se distinguen por sus materiales ricos en oro. Se lograban impactantes efectos de luces y sombras así como también penetrantes contrastes entre la figura y el fondo obteniendo un eficaz resultado para el propósito de este que es la idolatría y profundo fervor religioso en el espectador. 
Mosaicos al interior de San Vital de Rávena en Italia

Emiten una sensación brillante y también lujo y opulencia, aunque muestran la pobreza en el movimiento de las figuras y la expresión en los rostros de los personajes. Se caracteriza por sus figuras alargadas y graves que  refuerzan lo solemne y religioso del tema del mosaico.
La técnica adoptada es el opus tesselatum, que mezcla piedras y vidrios de color. También de cerámica y mármol.


 *Mosaicos representativos


*El pantocrátor en el mosaico

Cristo Pantocrátor de la Basílica de Monreale, Silicia, Italia.

 Está ubicado en el ábside central de la basílica, mide 700 por 1300 cm. 

Su gesto dramático abraza al observador recordándole la magnanimidad de Cristo. El halo ortodoxo tradicional y la cruz central significa la pasión de cristo y hace que Cristo aparezca como gobernador y juez espiritual supremo del cielo y la tierra.

 *Reflexión: La falta de expresividad del cristo pantocrátor nos transmite severidad ya que en nuestros días los retratos de Jesus tienden a ser más expresivos, con gestos tiernos y amables, y ya que estamos acostumbrados a esto, ver a Jesus con la cara alargada puede resultar extraño y amenazador.


 1. Gestión de bendición. 



La mano derecha de Cristo dibuja el típico gesto ortodoxo de bendición que aparece en muchos iconos tradicionales de Cristo Pantocrátor. La posición de los dedos dibuja las letras griegas I, C, X Y C que corresponden al cristograma.


2. Cara de autoridad. 


La representación de Cristo con expresión melancólica es típica de las imágenes de Pantocrátor. La orientación frontal del rostro significa que Cristo se muestra accesible ante el observador que está dispuesto a implicarse con Él. No obstante sus ojos no se dirigen al observador, si no al reino espiritual; se trata de una forma de recordar al devoto que la mirada constante del Todopoderoso, aunque respectiva, es la de un ser superior, más espiritual.


3. Mensaje de Cristo.




El evangelio abierto en su mano izquierda corresponde a Juan 8: 12: “yo soy la luz del mundo: el que me diga, ya no andará más en tinieblas”. Muchas referencias bíblicas apuntan a Cristo como el origen de la luz interna, algo que también sugieren los mosaicos dorados que rodean su figura.


4. Cristograma.



Divido en dos partes, se puede ver el cristograma (o monograma) “ICXC” un acrónimo de las palabras griegas corresponden a “Jesús Cristo”. Encima aparece una virguilla, un antiguo símbolo cirílico que indica que ICXC es un nombre sagrado.

sábado, 25 de octubre de 2014

Arte Bizantino: Pintura

El arte bizantino nace y se desarrolla a partir del siglo IV después de Cristo donde florece hasta el siglo XV. Es un arte subordinado al poder del emperador, y cuando éste adopta la religión cristiana, al poder de la religión también. Este arte manifiesta la presencia de tres influencias: la del cristianismo incipiente, la del racionalismo griego y la del Islam.


Etapas del arte bizantino



* Pintura
La pintura bizantina es hierática y rígida, frontal y estilizada, marcando mucho la espiritualidad.

Se destacan dos técnicas:
 -Mural: Destinada a la decoración del interior del templo.
Se realizaba al óleo o al temple, y eran grandes composiciones de tema religioso, de  carácter simbólico y muy compatible con la mentalidad abstracta de los pueblos orientales.
-Caballete: Se hace sobre tablas o madera.


 * Reflexión
Como veremos a continuación, la pintura bizantina no genera emociones al espectador y tampoco era su intención. Transmite serenidad, seriedad y espiritualidad. Pero no es un Dios misericordioso sino un Dios supremo que no está en cercania con nosotros.


Obras representativas

Pantocrátor del Sinaí. Siglo VI

Se encuentra en el Monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, (Egipto). Las imágenes antiguas de Cristo del área greco-bizantina lo representan como Rey del Universo, victorioso, poderoso y triunfante, tienen el nombre griego de Pantocrátor, que significa precisamente esto: Rey del Universo. En la siguiente entrada tendremos una explicación más detallada del Pantocrátor.


Virgen de Vladimir Siglo XII
Es uno de las más celebres pinturas de origen bizantino y un icono en la comunidad religiosa rusa.
Está pintado en tablas con pintura mineral y vegetal muy consistente, disuelta en yema de huevo (temple). Las figuras de María y del Niño Jesús se hallan unidas por la suave línea del contorno. El rostro de la madre, cariñoso y severo al mismo tiempo, está pincelado con finura y delicadeza sorprendentes, los cambios de color son casi imperceptibles. Resaltan sus ojos grandes, llenos de profunda pena e inmensa angustia por el destino de su hijo.
 Icono principal de la Catedral del Arcángel de Moscú
Se pueden apreciar diversos pasajes de la bíblica
Siglo XV
Icono de la crucifixión en Santa
Catalina del Sinaí, siglo XIII.




















San Miguel Arcángel. Monasterio de Santa Caterina, Monte Sinaí siglo XII

*Reflexión: Las siguientes obras no son estéticas a la vista como estamos acostumbrados, es más presentan el mismo patron en los detalles del rostro (virgen de vladimir y San Miguel Arcangel), los mismos ojos, la nariz y la boca, la misma expresión melancólica lo que causa al espectador compasión. 

Imperio Bizantino: Justiniano y decadencia de Bizancio

Durante el reinado de Justiniano (527-565), el Imperio llegó al apogeo de su poder. El emperador se propuso restaurar las fronteras del antiguo Imperio Romano, para lo que emprendió una serie de guerras de conquista en Occidente.

Mosaico de Justiniano. San Vial de Ravena Italia.
Entre 533 y 534 un ejército al mando del general Belisario conquistó el reino de los vándalos, en la antigua provincia romana de África.

Entre 535 y 536, Belisario arrebató a los ostrogodos Sicilia y el Sur de Italia, llegando hasta Roma. Tras una breve recuperación de los ostrogodos (541-551), un nuevo ejército bizantino volvió a atacar Italia.

En 552 los bizantinos ganaron extensos territorios del sur de la Península Ibérica. La presencia bizantina en Hispania se prolongó hasta el año 620.

Las campañas de Justiniano en Occidente dejaron exhausta la hacienda imperial y precipitaron al imperio en una situación de crisis, que llegaría a su punto culminante a comienzos del siglo VII.

Fiel a la tradición romana, Justiniano se lanza a la aventura de reconquistar para el imperio el Mediterráneo, no tuvo resultados duraderos y después de la cual Bizancio concentrará sus energías en el Oriente. 

* Conflicto Iconoclasta
El movimiento iconoclasta
le abrió paso a la existencia
de la religión ortodoxa
Imagen de Cristo Pantocrator
Entre los años 726 y 843, el Imperio Bizantino fue desgarrado por las luchas internas entre los iconoclastas, partidarios de la prohibición de las imágenes religiosas, y los iconódulos, contrarios a dicha prohibición. 

La primera época iconoclasta se prolongó desde 726, año en que León III (717-741) suprimió el culto a las imágenes, hasta 783, cuando fue restablecido por el II Concilio de Nicea. La segunda tuvo lugar entre 813 y 843. En este año fue restablecida definitivamente la ortodoxia.

El conflicto iconoclasta refleja también la división entre el poder estatal (los emperadores, la mayoría partidarios de la iconoclastia), y el eclesiástico (el patriarcado de Constantinopla, en general iconódulo).




* Decadencia
Las conquistas de Justiniano no se conservaron mucho tiempo. En la segunda mitad del siglo VI, los lombardos arrebataron a los bizantinos todo el norte y centro de la península Itálica. A comienzos del siglo VII, los visigodos consiguieron expulsar a los bizantinos de Hispania. Durante los siglos VII Y VIII, los musulmanes se apropian de toda la costa mediterránea de África, así como Siria y Palestina. 

Bandera oficial del imperio
Desde entonces, el imperio bizantino quedo reducido a la península de Anatolia, los Balcanes y el sur de Italia. Durante el siglo IX y X el imperio bizantino, vivió una nueva etapa de esplendor. Después, la existencia de Bizancio se caracterizó por las pérdidas territoriales continuas y por la amenaza constante de sus fronteras, sobre todo por parte de los musulmanes.

A principios de siglo XV solo quedaba la ciudad de Constantinopla en las manos bizantinas. En 1453, tras un largo asedio, Constantinopla fue tomada por los turcos otomanos y el Imperio Bizantino desapareció.


Imperio Bizantino: Primeros Años

El Imperio Bizantino (Etapa inicial del Imperio Romano de Oriente) fue un Imperio cristiano medieval de cultura griega que habitaba todo el mar Mediterráneo pero al pasar de los años tuvo reducciones territoriales hasta su caida en 1453.


Para asegurar el control del Imperio Romano, Diocleciano, a finales del siglo III, instituyó el régimen de gobierno conocido como tetrarquía: dividiendo el imperio en dos mitades, gobernadas por dos emperadores (augustos), cada uno de los cuales llevaba asociado un "vice-emperador" y futuro heredero (césar). 

Tras la abdicación de Diocleciano, el sistema perdió su vigencia, y se abrió un período de guerras civiles que no concluyó hasta 324, cuando Constantino unificó ambas partes del Imperio.

Busto de Constantino I 
Constantino reconstruyó la ciudad de Bizancio como nueva capital en 330. La llamó "Nueva Roma" pero se le conoció popularmente como Constantinopla (actual Estambul Turquía).

 La nueva administración tuvo su centro en la ciudad, que gozaba de una envidiable situación estratégica y estaba situada en el nudo de las más importantes rutas comerciales del Mediterráneo oriental.
Constantino fue también el primer emperador en adoptar el cristianismo, religión que fue incrementando su influencia a lo largo del siglo IV y terminó por ser proclamada por el emperador Teodosio I religión oficial del Imperio.

A la muerte del emperador Teodosio, en 395, el Imperio se dividió definitivamente: Honorio, su hijo mayor, heredó la mitad occidental, con capital en Roma, mientras que a su otro hijo Arcadio le correspondió la oriental, con capital en Constantinopla. Es en este momento en donde empieza la verdadera historia del imperio.

En el mandato de Teodosio II, la ciudad de Constantinopla reforzó sus murallas haciendo que fuera impenetrable e imposible de invadir. Esto y su sólida organización son las causas por la cuales el imperio se mantuviera más de mil años. El emperador era la cabeza del imperio y en él se concentraba todos los poderes: dirigía el ejército, administraba y era el jefe religioso.
Ciudad de Constantinopla